OBJETIVOS

PARA UN SISTEMA EDUCATIVO LIBRE Y PERSONALIZADO CON CAPACIDAD DE INNOVAR Y FORTALECER LA MOTIVACIÓN Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO DE CADA NIÑO.

Queremos lograr:

Proyectos piloto de escuelas autónomas para facilitar la personalización de la educación

Actualización de la formación docente para readecuar el rol del maestro a los nuevos formatos de aprendizaje

Reforma del sistema educativo a largo plazo para ampliar los formatos y ámbitos de aprendizaje.

ESCUELAS AUTÓNOMAS

QUÉ SON LAS ESCUELAS AUTÓNOMAS

Son escuelas públicas que reciben recursos estatales pero se gestionan como una privada, es decir, tienen una mayor autonomía y poder de decisión sobre el uso de sus fondos, la elección de su cuerpo docente, sus programas de estudios y metodologías de enseñanza.

POR QUÉ ESCUELAS AUTÓNOMAS

Hoy, las provincias son las principales entidades que toman las decisiones de qué, cómo y quién enseña. Desde enormes organismos centralizados se imparten directivas uniformes que no siempre se ajustan a las necesidades de cada escuela, y cuando estas distintas realidades reclaman cambios, el camino burocrático hace que las respuestas sean lentas y que al llegar sean obsoletas, o peor aún, que nunca lleguen.

Al existir una cercanía mayor entre quien detecta el problema y quien tiene el poder de decisión para solucionarlo, la autonomía de las escuelas permite una adaptabilidad y respuesta más rápida a los cambios. Naturalmente requiere auditoría y supervisión gubernamental que debe ser de naturaleza colaborativa y preventiva, para no encontrarse con las dificultades y conflictos que caracterizan hoy el sistema educativo argentino.

CÓMO LAS IMPLEMENTAMOS

Hoy, la principal barrera a la hora de impulsar escuelas autónomas son las regulaciones poco flexibles que rigen en el país, además de la poca voluntad política para afrontar estos cambios. Es por esto que es imprescindible trabajar en conjunto con la comunidad educativa para definir y diseñar un camino para implementar este formato de escuelas en nuestro sistema educativo.

Si bien hoy todo el arco político reconoce abiertamente que el sistema educativo está en crisis, nadie se anima a tomar caminos diferentes por el enorme costo político que esto podría llegar a tener, empeorando la situación con el paso del tiempo. Es por esto que creemos que los cambios deben venir de la propia comunidad educativa y que no deben ser abruptos, sino cuidadosamente planificados y graduales, con libertad en los procesos pero exigencia y evaluación en los resultados.

FORMACIÓN DOCENTE

QUÉ PROBLEMAS ENFRENTAMOS HOY

En las últimas décadas el rol del docente sufrió un enorme desprestigio. Son numerosos los factores que conducen a esto. Por un lado, una formación que corre por detrás de los avances del mundo, lo que se traduce en menos herramientas a la hora de enseñar en el aula.

Por otro lado, la remuneración pensada en horas cátedra hace que las horas de trabajo que los docentes dedican a la planificación de sus materias, al no estar previstas, tengan que realizarse fuera de horario o que no puedan realizarse de manera correcta. Esto sumado a las limitaciones de crecimiento profesional agudizan la desmotivación de los docentes. La rigidez de las regulaciones desincentiva la innovación, la creatividad y la mejora continua. 

Además, la fuerte sindicalización de la profesión y sus métodos de lucha atentan contra el desarrollo de la enseñanza y aprendizaje al recurrir a paros constantes. Esta situación claramente dificulta que la docencia vuelva a tener el reconocimiento que merece. Hace tiempo que muchos institutos de formación docente están cooptados ideológicamente y quienes no comulgan con esas ideas son amedrentados. 

QUÉ PROPONEMOS

La labor del docente es la columna vertebral de cualquier sistema educativo exitoso y es precisamente por esto que debemos jerarquizarlos para que recuperen su prestigio y autoridad. Para lograrlo, la clave reside en proporcionar a los docentes recursos avanzados y efectivos para que puedan enseñar con excelencia.

En este sentido, la mejora de su formación inicial cobra gran importancia, pero sin dejar de lado la promoción de la formación continua. La educación debe estar siempre a la vanguardia de los avances modernos y no quedar enfrascada con la excusa de que “siempre se hizo así”

CÓMO LO HACEMOS

De la misma manera en la que un médico se capacita constantemente para incorporar todos los nuevos avances de la ciencia y brindar respuestas más precisas y adecuadas a sus pacientes, los docentes tienen que capacitarse para estar actualizados con las últimas tendencias globales. Pero es crucial que tales esfuerzos se vean respaldados por el reconocimiento merecido. En todos los rubros se reconoce y premia el esfuerzo, en cambio en la docencia estamos acostumbrados a minimizar la dedicación y el esfuerzo de aquellos docentes que realmente invierten mucho tiempo y recursos en mejorar su desarrollo profesional. Esto lo único que logra es  desalentar la excelencia y el esfuerzo continuo por mejorar.

Recompensarlos es esencial para motivarlos y para atraer a personas talentosas a la profesión. Al mismo tiempo, se puede ofrecer apoyo a aquellos docentes que necesiten, y estén dispuestos, a mejorar sus habilidades y métodos.

REFORMA INTEGRAL

CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUAL

Nuestro sistema educativo está marcado por una fuerte centralización: las decisiones se toman desde enormes y lejanos ministerios y es poca la incidencia que cada escuela, directivo y docente puede tener en la toma de decisiones, con excepción en las jurisdicciones en las que es tal el desorden que su margen de acción proviene más del estado de anarquía que del propio sistema.

Los resultados al momento no son buenos. Los niveles de lengua y matemática bajan al mismo ritmo en que suben los porcentajes de deserción. A esto se le suma que fallamos en asegurar lo básico, en el resto del mundo se están actualizando las metodologías para asegurar que los alumnos egresen con las habilidades necesarias para el mundo cambiante en el que estamos viviendo. Lejos estamos de dotar a nuestros chicos de las herramientas para desarrollarse para un futuro incierto y dinámico.

QUÉ PROPONEMOS

Un sistema descentralizado podría dar respuesta mucho más rápida a los cambios vertiginosos que caracterizan al mundo en el que vivimos hoy. Ganaríamos tiempo y recursos si  nos deshacemos de la innecesaria burocracia.  Los cuerpos docentes conocen de primera mano la realidad de sus alumnos y pueden adaptarse rápidamente a los cambios si están formados y acompañados para poder hacerlo.

CÓMO LO HACEMOS

Para dar el primer paso es esencial convocar a la comunidad educativa: su participación es indispensable tanto para prevenir situaciones conflictivas como para detectar las debilidades y fortalezas de cada escuela y empezar a trazar los caminos a seguir en conjunto. La flexibilización y descentralización puede requerir la modificación de ciertas normativas, para lo cual se necesitan consensos tanto en el ámbito público como privado.

El segundo paso implica llevar a cabo con esa información un gran diagnóstico inicial de qué escuelas necesitan más ayuda y cuáles están mejor preparadas para autogestionarse. Así, se les puede ir otorgando autonomía progresivamente dependiendo de la situación en la que se encuentren.

Este proceso gradual requiere de acompañamiento, medición, y evaluación de resultados.